lunes, 26 de mayo de 2014

Las sirenas y los kappa: aguas peligrosas

Hoy os voy a hablar de dos seres enigmáticos y en cierto modo atrayentes, pues ¿quién no se ha quedado mirando alguna vez a la superficie del agua preguntándose qué habrá debajo que nuestra vista no puede alcanzar? 
Las aguas clásicas albergan a las consabidas sirenas, mientras que en las aguas japonesas se esconden los temibles kappas.

Reproducción fantástica de un kappa
Ambas son criaturas mitológicas que comparten varios aspectos. El primero de ellos es su hábitat acuático: las primeras habitan en el mar, mientras que los segundos en los ríos y las lagunas de Japón. Al igual que las sirenas, los kappa forman parte de la criptozoología, ya que en supuestas ocasiones se dice que han sido divisados. En la apariencia sí difieren, aunque coinciden en su rareza: las sirenas, según la iconografía más antigua, son mitad mujer, mitad ave. Entretanto, los kappa suelen representarse como pequeños seres con forma de rana y del tamaño de un niño. Su cara tiene aspecto de tortuga y en ocasiones se les representa con un caparazón en la espalda. Utilizan sus extremidades con forma de aleta para desplazarse y nadar a gran velocidad. Pero lo más interesante de los kappa es que tienen una cavidad en la cima de sus cabezas que está llena de agua, de donde, según la leyenda, procede toda la energía de estos seres. Si salen a la superficie y por evaporación u otro fenómeno pierden el agua de sus cabezas, entonces pierden sus poderes y pueden incluso llegar a morir.
Imagen del pasaje de Odiseo y las sirenas en vasija griega
Pero si su aspecto es diferente, uno y otro coinciden en su comportamiento perverso y cruel. Las sirenas, según la leyenda más antigua, atraían con su música a los navegantes  para que naufragaran al acercar sus barcos a la costa rocosa, así como para devorarlos. Los kappa, por su parte, suelen ser el personaje malo en los cuentos tradicionales japoneses, dedicándose a mirar muchachas a escondidas mientras ellas se desvisten, roban hortalizas en los huertos y raptar a niños o mujeres. De hecho, una de las comidas favoritas de los kappa son los niños humanos, manjar al que no se pueden resistir. Según diversas interpretaciones, los kappas absorben la energía de sus víctimas chupándoles la sangre, comiéndose el hígado o las entrañas.

Aun así, según la mitología, los kappa son seres muy educados que siguen a la perfección el código de conducta japonés. Por esto, según la tradición, para poder escapar de un kappa solo es necesario hacer una reverencia; el kappa se verá obligado a devolverla, dejando caer el agua de su calva y perdiendo temporalmente sus poderes. Por el contrario, en el caso de las sirenas, no hay estratagema alguna que permita resistirse a su canto, aunque en dos de los episodios literarios más famosos se nos cuentan cómo dos grupos de marineros lograron escapar de las horrendas criaturas. En la leyenda de Jasón y los Argonautas, los marineros se salvaron del desastre gracias a la habilidad de Orfeo, que salió vencedor en una suerte de competición musical con ellas, de manera que éstas se transformaron en piedra, o  según  otras versiones, se arrojaron al mar para darse muerte. En el caso de la Odisea, Ulises tapó con cera los oídos de los miembros de su tripulación para evitar que escuchasen la música de las sirenas, de manera que no fueron sometidos a su encanto. 

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